- Técnica incorrecta.
Una técnica defectuosa suele ser, por norma, la causa más común de lesión entre los que practican el trabajo con pesas. Esta además, de causarnos una lesión más que posible, como el desgarramiento fibrilar o muscular, puede producirnos tendinitis, contracturas y, por descontado, no estaremos trabajando el músculo correspondiente en toda su profundidad.
Céntrate en controlar el movimiento y en efectuarlo de la forma más correcta posible, aunque debas, para ello, bajar el peso. - Peso excesivo.
Como es evidente, un peso mal calculado, por encima de nuestras posibilidades, nos lleva a un sobre-esfuerzo que acabará por repercutir sobre nuestra técnica.
Usa un peso adecuado y sigue las pautas de progresión que te hayas marcado para el entrenamiento, haciendo no saltos mayores a 2-3kg en cada sesión de subida. -Salvando ejercicios de gran kilaje, como el peso muerto, los cuales permiten una subida mayor. - Falta de descanso.
Entrenar demasiado a menudo conduce al sobre-entrenamiento y este, a su vez, a un mal desarrollo muscular, a la lesión, e incluso a un peor rendimiento llegando a perder fuerza de forma considerable.
Ten presente que los músculos tardan en recuperarse de forma total:
72h las piernas.
48h el pecho.
24h brazos y hombros.
*Cálculos aproximados. Nadie mejor que tú conoce tu capacidad de recuperación.
- No hacer estiramientos.
Solemos confundir el calentamiento y los estiramientos: Los estiramientos nos ayudan a relajar el músculo y favorece la flexibilidad de estos. Los realizaremos al final de casa sesión de entrenamiento, ayudando a la circulación sanguínea y, por ende, al desarrollo muscular. - Mal calentamiento.
Unas series basada en altas repeticiones y baja intensidad de cada ejercicio a realizar nos ayudará a calentar de forma completa el músculo en cuestión, alertándolo para la actividad a desarrollar y favoreciendo la irrigación, ayudándonos a conseguir un mejor rendimiento durante las series efectivas.