El cáncer es actualmente la primera causa de muerte en los países industrializados y la escasa incidencia en algunas zonas geográficas ha puesto de manifiesto que la nutrición desempeña un papel sumamente importante en su prevención, a diferencia de lo que inicialmente se pensaba en la comunidad médica que siempre había puesto en entredicho la relación efecto causa con la forma de alimentarse y una posible incidencia de cáncer en aquellos casos en los que la alimentación no era adecuada.
Otra cuestión importante a tratar es cómo deben alimentarse los pacientes que ya tienen cáncer, pues queda constatada la importancia de seguir una dieta específica en cada caso, motivo por el cual los médicos con cada vez más frecuencia establecen un protocolo alimenticio que seguir en pacientes con cáncer.
Queda ampliamente demostrado a través de estudios demográficos no oficiales, que aquellos países industrializados en los que la comida se encuentra altamente procesada y desnaturalizada, el índice de cáncer es mucho mayor que en zonas donde se siguen utilizando las técnicas de cultivo ancestrales y los alimentos se cocinan naturalmente sin el uso de aditivos químicos ni pesticidas.
Algunas poblaciones indígenas americanas o nativos de la sabana africana, están totalmente libres de cáncer y ni siquiera conocen la enfermedad, lo cual pone de manifiesto lo descrito anteriormente, al igual que ciertos cánceres que se dan originariamente en unas zonas del planeta y en otras no.
Los asiáticos son la población étnica que más sufre cáncer de estómago y esto se ha relacionado directamente con la costumbre de comer pescado crudo y no congelarlo, pues el anisaki, parásito que se encuentra en los peces, acaba produciendo esta enfermedad, por el contrario, la incidencia de cáncer de pulmón es muy baja, pese a fumar tanto como los occidentales, esto puede deberse a que son grandes consumidores de té verde, cuyas catequinas, parecen haber tener un efecto protector hacia este tipo de cáncer y otros tumores.