Se suele vincular el entrenamiento con pesas al gusto por tener un cuerpo musculado y atlético, sin embargo, no es este, ni mucho menos, su única función. De hecho, nos brinda muchos y muy variados beneficios a nivel de salud, entre los cuales cabe destacar dos categoría:
- Bienestar cuerpo-mente y subida de la autoestima.
- Mitigación de las enfermedades o lesiones crónicas.
En estas categorías, destacaremos ventajas como:
- Control de peso: 30-60 minutos de ejercicio diarios 3 veces por semana son más que suficientes para controlar nuestro peso mediante una correcta activación muscular y, con ello, una mejora del metabolismo, del control de la insulina, mejora en la elasticidad, tono y volumen muscular,… en definitiva, nos ayuda a mantenernos sanos.
- Fuerza y equilibrio: A medida que desarrollemos fuerza, nuestros músculos trabajarán más eficientemente para aumentar la funcionalidad de nuestro cuerpo en su totalidad, lo cual se traduce en una mejora de la flexibilidad, la resistencia, la prevención de lesiones,…
- Mejora de la densidad osea: Mediante una restricción claórica excesiva – método habitual entre los que quieren perder peso sin actividad física – se corre el grave riesgo de sufrir una disminución de la masa ósea. Construir músculo nos ayuda a que los huesos se consoliden incidiendo en puntos de unión y articulación e incidiendo en la producción de hormona del crecimiento, lo cual revitaliza todos nuestros tejidos.
- Mejora del bienestar, potencia la inmunidad y el sueño: El ejercicio regular con pesas mejora nuestros patrones de sueño y mejora la función inmune de nuestro organismo mediante su incidencia en el SNC.
Como vemos, no son pocos los motivos para realizar un entrenamiento con pesas. Sea o no nuestro fin estético. Esto lo hace ideal para personas de edad avanzada que quieran mejorar su estado físico (articular y muscular).
Adaptando el entrenamiento a nuestra condición física y necesidades, podemos decir que el entrenmiento con pesas no entiende de edades.