Hace 5 de años vivía en Helsinki, pese a que al final no pude quedarme más tiempo en Finlandia porque no encontré un nuevo trabajo. En vez de ponerme triste y volver hacia casa rápidamente, decidí hacerlo conociendo el norte de Europa, así que me planeé un viaje de 24 días en coche pasando por Noruega, Suecia, Dinamarca, Alemania, Austria, Italia, Francia, hasta llegar a Barcelona… pero nada salió como había planeado. ¡Ahora os cuento!
Empecé con una tirada de 840 kms, desde Helsinki hasta Rovaniemi. Ese día solo hice autopista hasta llegar al hotel, ducharme y descansar, ya que me había levantado muy temprano por la mañana para cargar el coche con todos los bártulos después de haber vivido allí un año, para irme a casa, o eso creía.
Por el camino comí un bocadillo y, cuando llegué a Rovaniemi, en el hotel Guesthouse Borealis, ya sabían que soy celíaco y tenían pan sin gluten preparado para mi desayuno. Al llegar a Rovaniemi, me puse cómodo y me fui a pasear y a buscar algún sitio dónde cenar una pizza en el Osuuskauppa Arina.
Al día siguiente me esperaban muchas cosas. Pronto por la mañana, fui a conocer a Joulupukki, o también conocido como Papá Noel, en la Santa Claus Village, desde donde, a día 1 de junio de 2010, ¡estaba felicitando la navidad a mi familia! Eso sí, la postal llegó en navidad. Es una pasada, además te hace recordar cosas muy bonitas cuando la recibes. Aunque no me senté en sus rodillas, estaba nervioso como un niño.
Al salir y hacerme un par de fotos en el Círculo Polar Ártico, me fui hacia Noruega, donde paraba a dormir en un camping de Kautokeino, un pueblo muy pequeño con una Universidad alucinante. Allí mi viaje daría un vuelco inesperado.
Aunque conducía pocos kilómetros durante los enlaces, al no haber autopistas, necesitaba mucho tiempo para cada trayecto, y llegaba normalmente después de comer, sobre las 15-16h. Al llegar allí, me acomodé y fui a dar un paseo por el pueblo, una agrupación de casas con un edificio precioso como universidad.
Caminé unos 7 kilómetros por la carretera hasta llegar a las rampas de esquí de salto y luego me dirigí de vuelta a la cabaña. No llevaba tienda de campaña y alquilaba cabañitas. Fue una aventura porqué durante este viaje solo tenía reserva en Rovaniemi y en Tromso, y no sabía lo que iba a encontrarme.
Al llegar de vuelta al camping, me conecté para hablar con mis padres y, mientras revisaba el correo electrónico vi que me ofrecían un trabajo en Dr. Schär, como Responsable de Marketing para España, pero tenía que llegar en 10 días a Italia, de manera que había que reorganizar todo el viaje. Acordé con ellos de llegar el 14 de junio y empecé a planear el viaje de nuevo, reduciéndolo 10 días, sin perderme Noruega pero excluyendo el resto de países.
Mis padres me ayudaron mucho a organizarlo a través de internet, ya que no siempre tenía conexión. Por la “noche” vi mi primer sol de medianoche.
Al día siguiente, después de cruzarme con unos cuantos renos por la carretera, llegaba a Cabo Norte, el punto más al norte de Europa, con unas vistas y acantilados preciosos. Imágenes que nunca se borrarán de mi mente. Allí conocí a un par de camareros que eran españoles y me ofrecieron de cena un hot dog de reno. Al ser celíaco, me lo comí con una especie de torta para fajitas, pero estaba riquísimo igual.
Y el resto de este largo y curioso Road Trip celíaco lo podréis leer a partir del miércoles que viene.
¡Buen fin de semana! Contadnos en comentarios, ¿Qué viajes sin gluten habéis hecho este verano? ¿Algún lugar digno de destacar? ¡Compártelo con la comunidad Celicity!