Si ya perder peso es bastante difícil de por si, estaréis conmigo en que lo más difícil de todo es mantenerlo. Cuantas veces no os habréis encontrado con personas que han adelgazado muchísimo pero que con el tiempo han vuelto a coger todo el peso perdido. Esto se produce por el efecto «yoyó» del que hablaré en alguna otro post. En este voy a intentar dar unas nociones para prevenir el conocido efecto aunque inevitablemente después de una gran pérdida de peso siempre se aumenta algo de éste.
El problema de las grandes perdidas de peso radica en que hemos modificado por un tiempo nuestra forma de alimentarnos o hemos empezado a hacer ejercicio físico, pero si bien hemos empezado bien, debemos de acabar bien. Y es que no tenemos que ver nuestra comida diaria como una dieta de adelgazamiento sino como nuestras comidas normales. El día que comiences a ver que comer ensalada te gusta más que comer patatas fritas entenderás todo lo que te estoy explicando. Tenemos que cambiar nuestra forma de comer para siempre, pero siempre entendiendo por qué.
La importancia de cambiar de dieta
- El cambio de hábitos te permite establecer un contacto más saludable con los alimentos.
- Tomas conciencia de que comer es una necesidad de supervivencia, es decir “comer para vivir, no vivir para comer”
- Comienzas a conocer los alimentos, no sólo por su contenido calórico, sino también por la calidad de principios nutritivos que aportan. Por ejemplo al reemplazar harinas blancas por integrales, estás incorporando principios nutritivos que los alimentos refinados no poseen como vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes.
- El cambio de hábitos te permite establecer un orden en la distribución diaria de alimentos, este orden te permitirá reducir tu ansiedad, ya que no llegarás con tanta hambre a las comidas principales.
- Comprendes que las frutas y verduras son alimentos aliados a la hora de perder kilos y que puedes consumirlos entre comidas o en momentos de ansiedad, ya que aportan pocas calorías y brindan fibra y saciedad, además de vitaminas y minerales. En lugar de comer snacks, galletas, dulces, etc, que sólo aportan calorías y además, no te quitan el hambre.
El cambiar de hábitos puede ser difícil en un primer momento, pero luego notarás que una vez establecidos los nuevos hábitos te sentirás más tranquilo, ya que el miedo a subir nuevamente de peso desaparecerá.
De esta forma evitas que tu organismo se desestabilice subiendo y bajando de peso en forma reiterada, ocasionándote problemas de salud.
En definitiva, la importancia de cambiar de dieta radica en que:
- Adelgazas.
- No vuelves a subir de peso.
- Mejora tu calidad de vida y por ende, tu salud.
Ten presente que la actividad física juega un rol muy importante en evitar el efecto «yoyó» que os comenté antes. Ejercitarse diariamente ayuda a que no recuperes tu peso perdido y a fortalecer tu sistema cardiovascular.
