No, no es broma. La cerveza es, probablemente, una de las mejores formas de rehidratarse tras un esfuerzo físico demandante. Incluso mejor que el grueso de bebidas isotónicas que, debido a su composición basada en añadidos químicos, no están a la altura del carácter natural de la cerveza, constituida a base de agua, cebada y lúpulo.
Como añadido a su poder de hidratación (el 95% de la cerveza es agua), está repleta de antioxidantes naturales, es rica en fibras, vitaminas B y C, así como también en minerales y folatos. Conocida es su acción curativa contra procesos tales como la anemia.
Su aporte nutricional es más bajo que el de la mayoría de bebidas refrescantes e isotónicas -salvando las light o zero-, aportando tan solo unas 14/20 kcal por cada 100 mililitros. Lo que contrasta con el popular mito «la cerveza engorda«, el cual matizaría con un «si te tomas 15 jarras bien fresquitas mientra comes, en una terracita de verano, un pincho de tortilla, una ración de jamón, unas olivas y unas patatas fritas«, en cuyo caso, sí, más que probablemente no se compatible con tu operación bikini.
Entre los beneficios para la salud que aporta la cerveza, y tal y como recordó el portavoz del Centro de Información Cerveza y Salud de la facultad de Medicina de la UCM, Jesús Ramón Martínez, se ha contrastado que ejerce un efecto positivo sobre la salud cardiovascular, reduciendo el riesgo de sufrir un paro cardíaco.
Además, «posee efectos sobre la salud ósea«, «ayuda a prevenir la osteoporosis» y, algunos de sus ingredientes poseen un «efecto desinhibidor sobre los elementos cancerígenos«.
En deportistas que, tras una intensa actividad física, suelen padecer de fatiga, brinda un efecto estimulador del apetito, puesto que, pese a su alto poder hidratante, no produce sensación de saciedad, tal y como apuntó la jefa del servicio de Medicina, Endicronología y Nutrición del Centro de Medicina Deportiva del Consejo Superior de Deportes, Nieves Palacios.
Atletas de todo el mundo han confesado usarla en dosis moderadas como recuperador del entrenamiento. Llegando a resumir Corbalán sus cinco beneficios fundamentales: «reduce el riesgo cardiovascular; es baja en calorías; tiene un efecto diurético; es un laxante natural por su alto contenido en fibra; y disminuye el riesgo de osteoporosis«.
Aunque pueda resultar increíble, España posee un consumo moderado (70-75 litros por persona/año) de esta bebida. Cifra muy inferior a la media de otros países europeos.