Ahora que llegan las navidades es un buen momentos para centrarnos en nosotros mismos. Está bien, es cierto que ahora comemos más, salimos más y en definitiva cometemos excesos que durante el año a lo mejor no hacemos, pero hay que mirar siempre por nuestra salud. El punto importante a tratar hoy son los beneficios de una buena relajación.
Para empezar la relajación tiene muchísimos beneficios para nuestra salud:
No sólo nos despeja, sino que nos permite pensar con mayor claridad, concentrarnos en lo que estamos haciendo y de una forma más creativa, puesto que al relajarnos, se activan ambos hemisferios del cerebro. Provoca una sensación de paz y tranquilidad que dura a lo largo del día.
Además, estos beneficios son acumulativos y evolutivos: a más relajación, más tranquilidad. Esto sucede cuando hacemos de la relajación consciente una práctica diaria. Cuando más practicamos las técnicas de relajación, antes nos relajaremos y conseguiremos llegar al estado alfa.
A nivel físico, los beneficios de la relajación están comprobados de forma científica:
Disminución de la presión arterial y del ritmo cardíaco.
- Se regula la respiración, lo que aporta un mayor nivel de oxígeno al cerebro y a las células en general. Sobre todo, estimula el riego sanguíneo.
- Disminución de la tensión muscular.
- Se reducen los niveles de secreción de adrenalina y noradrenalina por las glándulas suprarrenales.
- Se aumenta la vasodilatación general, lo que trae consigo una mayor oxigenación periférica.
- Reducción en los niveles de colesterol y grasas en sangre.
- Finalmente, aumenta el nivel de producción de leucocitos, lo que refuerza el sistema inmunológico.
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