¿Cuántas veces te han preguntado cómo de intolerante al gluten eres? La pregunta que más desconfianza genera, ya que si no saben esto, es muy probable que ni hayan oído hablar de la contaminación cruzada. Pues dejémoslo bien claro: la celiaquía tiene tipos, no grados.
La celiaquía no es una enfermedad que se pueda medir por grados, se es celíaco o no, pero no existe una graduación posible. Lo que sí existe son los tipos de celiaquía, existen muchas maneras de llegar a ser celíaco y a tener que abrazar la dieta sin gluten.
Iceberg propuesto por Logan para explicar la epidemiología de la enfermedad celíaca
Celiaquía sintomática o clásica
Es la más frecuentemente diagnosticada. Es característica de presentarse en la infancia y se basa en una predisposición genética del individuo que desencadena en una atrofia de las vellosidades. Se caracteriza por síntomas digestivos tales como mala absorción de nutrientes, vómitos, diarrea, cansancio, anemia… Aunque es excepcional entre adolescentes y adultos, también puede aparecer.
Celiaquía asintomática o silente
Los pacientes no presentan síntomas ni signos de padecer celiaquía, aunque sufren de atrofia de las vellosidades intestinales. Estos casos suelen detectarse por las pruebas clásicas de marcadores indicada por una sospecha clínica o bien por pertenecer a alguno de los grupos en riesgo.
Celiaquía latente
Es el tipo de celiaquía más difícil en su diagnóstico. Los pacientes que consumen gluten no tienen síntomas durante la infancia, aunque estén predispuestos genéticamente. Sin embargo, la enfermedad se mantiene oculta o desaparece hasta que en algún momento de su vida empiezan a presentar características de la enfermedad y desarrollar la celiaquía. Puede que desarrollen la celiaquía debido a situaciones traumáticas o a grandes cambios hormonales.
Celiaquía potencial
Pacientes con predisposición genética con anticuerpos positivos, pero con la mucosa intestinal sana. Pueden padecer o no síntomas o incluso puede que nunca lleguen a desarrollar celiaquía, pero dadas sus características inmunológicas y genéticas tienen riesgo de llegar a padecerla.
Celiaquía refractaria
Suele ser más habitual en celiacos diagnosticados a partir de los 50 años. Según algunas estimaciones afecta entre a un 5% y un 30% de los celíacos. Se caracteriza porque los trastornos intestinales continúan a pesar de haber comenzado la dieta sin gluten. Los pacientes con esta enfermedad tienen más facilidad para desarrollar otras enfermedades autoinmunes e infecciosas. Recordamos que si una persona celíaca no mejora con la dieta sin gluten debe acudir a su médico.