Cuando queremos perder peso, lo primero que nos recomiendan es controlar la alimentación, y lo segundo es hacer ejercicio, momento en que muchos nos volvemos locos y empezamos a buscar gimnasios, a comprar carísimos aparatos para casa o a buscar ropa deportiva.
Hacer ejercicio es mucho más sencillo y no hace falta ni ir al gimnasio ni gastar dinero, ya que nos basta con ropa cómoda y unas buenas zapatillas, para comenzar en el que probablemente sea el deporte más antiguo del mundo: caminar, o walking, como dicen los ingleses.
Caminar es un ejercicio que puedes hacer aunque peses 140 kilos, o tengas 60 años, ya que lo único que tienes que hacer es adecuar el ritmo y la distancia a tu condición física, de manera que no exista ningún peligro por pasarte en la intensidad.
No te hacen falta instalaciones ni máquinas complejas, y lo puedes practicar vivas donde vivas. Si vives en una ciudad, seguro que conoces algún lugar que la gente usa para caminar. Y si vives en un pueblo las posibilidades se amplían, ya que podrás elegir entre darte un paseo tranquilo por el núcleo urbano o irte al campo.
Como ya hemos comentado, la intensidad la pones tú y lo mejor es empezar muy suave, sin confiarte, sobre todo si hace mucho tiempo que no haces ningún tipo de ejercicio. Poco a poco verás como el cuerpo te va pidiendo más, de forma que puedes ampliar la distancia, la intensidad o ambas a la vez.
Algunos pensaréis que caminar es un ejercicio muy suave y que no sirve para adelgazar, pero si la distancia es amplia, caminas deprisa, y lo combinas con dieta, verás como empiezas a adelgazar. Además, si ves que necesitas más, caminar a una buena intensidad puede ser una buena preparación para empezar a correr.
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